En concreto, el trabajo recoge que los consumidores quieren productos que cumplan lo que prometen y estén respaldados por la ciencia: para tres de cada cuatro de estos consumidores, los factores más importantes a la hora de elegir un alimento o bebida que contenga prebióticos son la eficacia del producto, las declaraciones de propiedades saludables y las afirmaciones con base científica.
Curiosamente, a pesar de la crisis que afecta al coste de la vida, el precio se encuentra por detrás de estas consideraciones, ya que el 55% afirma que es un factor de compra importante. Si analizamos más detenidamente qué alegaciones de salud específicas se demandan, la «salud digestiva» y la «mejora del bienestar general» (73% cada una) se encuentran entre las más relevantes para quienes compran alimentos y bebidas que contienen prebióticos.
Más vale prevenir que curar
La encuesta también demuestra que los consumidores están cambiando hacia una mentalidad de «prevención de enfermedades» más que de «curación de enfermedades». De hecho, casi la mitad (48%) de los que compran alimentos y bebidas que contienen prebióticos no sufrían ningún síntoma cuando empezaron a consumirlos. Una dieta que favorezca la salud ocupa un lugar destacado en la agenda de cada vez más consumidores. En consonancia con esta tendencia, el interés por los alimentos y bebidas conocidos para potenciar la salud aumentó significativamente en el conjunto de la población: del 26% en 2019 al 42% en 2021.
Además, dos tercios del total de encuestados consideran ahora que la salud inmunitaria es el área clave que deben abordar el año que viene y, a la hora de promoverla, tres de cada cuatro (74%) comprenden la importancia que desempeña la salud digestiva.
El estudio también indica que los consumidores se están familiarizando con los prebióticos en general, así como con ingredientes prebióticos concretos: la encuesta demuestra que más de la mitad de los encuestados (54%) conocen los prebióticos y casi uno de cada tres consumidores sabe que la «fibra de raíz de achicoria» y la «inulina» son prebióticos, lo que los convierte en los ingredientes más reconocidos.
La inulina y la oligofructosa (inulina de cadena corta) son los únicos prebióticos vegetales disponibles y forman parte de los pocos prebióticos probados según la ISAPP (Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos). En total, se han publicado más de 150 estudios de alta calidad de intervención en seres humanos sobre la fibra de raíz de achicoria, que aportan pruebas sólidas de beneficios fisiológicos distintivos. Adicionalmente, la inulina de fibra de raíz de achicoria de Beneo cuenta con una declaración de propiedades saludables autorizada por la UE relativa a la salud digestiva y el apoyo a la regularidad que puede comunicarse en el envase. Además, en Estados Unidos es posible utilizar las fibras de raíz de achicoria de Beneo para una serie de declaraciones de estructura y función.
Myriam Snaet, Head of Market Intelligence and Consumer Insights de Beneo, explica que «el hecho de que las afirmaciones fiables, respaldadas por la ciencia, encabecen la lista de deseos de los consumidores refuerza el enfoque que hemos adoptado en los últimos 20 años de apoyo a la investigación científica sobre prebióticos para nuestros ingredientes. Como resultado, estamos bien posicionados para satisfacer la creciente demanda de prebióticos confirmados por parte de los consumidores. Además, gracias a nuestro programa de inversión multimillonaria de los últimos años, podemos satisfacer cómodamente la creciente demanda».
Por su parte, Michael Hughes, Head of Research and Insight de FMCG Gurus, comenta que «los resultados de nuestra última encuesta muestran claramente que, para atraer a los consumidores, los fabricantes deben centrarse en ofrecer una buena relación calidad-precio. El uso de ingredientes que permitan incluir declaraciones en el envase es importante y permite a los fabricantes tener éxito, incluso en estos tiempos de dificultades financieras, con productos de primera calidad”.