La solución consiste en una plataforma industrial modular que permite digitalizar la gestión completa de una bodega, desde el viñedo hasta el embotellado, conectando personas, máquinas, sistemas y procesos en tiempo real. Esta herramienta integra funciones de control de producción, calidad, costes, planificación, mantenimiento y recursos humanos, permitiendo eliminar tareas manuales, aumentar la trazabilidad y reducir significativamente las mermas y los costes indirectos.
Este proyecto se ha implantado ya con éxito en una bodega y los resultados obtenidos reflejan el impacto directo de la digitalización. En el caso de uso, el ahorro acumulado es superior a 1,2 millones de euros en cinco años, con un retorno de inversión inferior a 12 meses. Entre los beneficios destacan la reducción de más del 20% en mermas, un ahorro del 10% en mano de obra directa y la mejora integral de los procesos de calidad y planificación.
Para Diego Sáez de Eguílaz, este proyecto convierte la tecnología en una aliada estratégica para dinamizar el tejido socioeconómico de la comarca y reforzar su competitividad en los mercados nacionales e internacionales. “La digitalización es una herramienta para dar viabilidad a largo plazo al sector agrícola y vitivinícola”, afirma.