“Se trata de la primera vez que se lanza una línea de ayudas de estas características y el presupuesto previsto para el periodo (2023 -2027) es de 6 millones de euros”, explica el conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, Miguel Barrachina.
La instalación de nuevos agricultores y ganaderos como titulares de explotaciones agrarias contribuye de forma esencial al relevo generacional necesario para el sector, así como a la fijación de población en las zonas rurales que, con carácter general, se encuentran en situación de despoblamiento.
“El objetivo de esta intervención es, por tanto, la creación de empleo en zonas rurales, así como la contribución al relevo generacional”, subraya el conseller, que considera de vital importancia esta línea de ayudas ante el abandono del campo y el despoblamiento en zonas de interior, una inicitativa que persigue impulsar el establecimiento de personas dedicadas profesionalmente a la actividad agraria.
Las personas interesadas deberán presentar un plan empresarial, consistente en las inversiones que van a realizar para instalarse en la explotación. La ayuda consistirá en una prima de 20.000 euros, que puede incrementarse, según la ubicación y las características de la explotación tras la finalización del plan empresarial, hasta un máximo de 70.000 euros.
Entre los criterios de selección, se tendrá en cuenta la incorporación de la mujer a la actividad agraria, la modalidad de instalación, la formación del solicitante, la ubicación de la explotación, la incorporación en sectores estratégicos para las regiones, el mantenimiento/creación de empleo y/o la generación de una producción estándar determinada, las características de la explotación a instalarse o las actuaciones que impulsen la I+D+i.