Durante más de tres décadas, Verdissimo ha encabezado una transformación hacia una producción de productos florales y decorativos más sostenible, abordando la creciente escasez de agua a nivel mundial y las preocupantes emisiones de carbono asociadas a su comercialización. Su enfoque en las flores preservadas como propuesta sostenible ha sido fundamental. Al reducir la necesidad de nuevos cultivos, estas flores optimizan los recursos naturales y contribuyen a reducir significativamente la huella ecológica en la producción. Además, al no requerir agua para mantener su apariencia, logran un ahorro notable de agua, que puede llegar hasta 156 litros por ramo al año.
El compromiso de Verdissimo con la sostenibilidad se refleja en el éxito de su principal centro productivo, en Colombia, donde se ha reducido en un 34% las toneladas de CO2e entre 2021 y 2023. Esta dedicación se extiende a su gestión logística eficiente, minimizando el uso de transporte aéreo optando por el marítimo para distancias largas. Al no necesitar refrigeración en su cadena logística, las flores preservadas reducen significativamente la emisión de toneladas de CO2 y otros gases nocivos.
Estas flores son libres de mantenimiento y no necesitan agua, jardinería o luz solar, lo que supone un ahorro significativo de recursos hídricos y energéticos. Según estudios comparativos con productos artificiales como plásticos, las flores preservadas generan casi cuatro veces menos CO2, mientras que su durabilidad anualizada puede llegar a ser más de 53 veces mayor que la de una flor fresca, lo que las ha convertido en una elección recurrente para eventos especiales como bodas, en las que la consistencia de las flores es fundamental.
Verdissimo forma parte del grupo Innovaflora y es la marca líder a nivel mundial de productos preservados, con centro productor en Paterna, donde producen árboles, musgos y demás verdes.
Alejandro Martínez, responsable de marketing de Europa de Verdissimo, enfatiza que el costo inicial de las flores preservadas, ligeramente superior al de las flores frescas, “se compensa con su durabilidad, eliminación de la necesidad de compras frecuentes y contribución a prácticas sostenibles, convirtiéndolas en una alternativa cada vez más común para los consumidores comprometidos con el medio ambiente”.
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