En concreto, ambos cocineros se han alzado con el título a las mejores patatas bravas del país en su versión tradicional y creativa que son, respectivamente, las dos categorías en las que estaba dividido este concurso, organizado por La Casera.
De esta manera, las bravas tradicionales de Carretero, cuyo restaurante Santerra ha sido recientemente reconocido con una estrella Michelin, son patatas partidas muy pequeñas y muy fritas a las que añade una salsa brava popular, mientras que la versión más transgresora la firma Silla, de la mano del restaurante Vuelve Carolina de Quique Dacosta, con una patata abuñuelada, acompañada por salsa brava, elaborada con aceite de jamón ahumado, ajo, cebolla, pimentón agridulce, comino en polvo, chipotle, salsa detomate frito casero y jugo de carne y papada ibérica.
El jurado, formado por profesionales del sector de la gastronomía y del periodismo gastronómico, ha tenido que elegir a los mejores entre siete finalistas. Así, además de los ganadores, los aspirantes han sido en el apartado de bravas creativas Alejandro Ortega, del restaurante Vint (Mallorca); Sergio del Río, del restaurante Oleo (Málaga) y José Luis Bonilla Tipan, del restaurante Lume (Santiago de Compostela), barra gastronómica de Lucía Freitas.
Mientras que los finalistas en las bravas tradicionales han sido Daniel Moreno, del restaurante Tragatá (Málaga), segunda marca del restaurante Bardal (dos estrellas Michelin) y Alejandro Loaiza, del restaurante Informal (Barcelona), con un Sol Repsol.
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