En este contexto, la Fundación Adecco, con el apoyo de más de 30 empresas comprometidas, ha presentado la campaña de sensibilización “Síndrome de Down, ¿te suena de algo?”, que invita a la sociedad y a las empresas a desterrar los prejuicios y estereotipos que siguen impidiendo a las personas con síndrome de Down participar en las diferentes esferas sociales, y particularmente en el mercado laboral. Esta campaña, protagonizada por Pablo Pineda, embajador de la Fundación Adecco y primer diplomado europeo con síndrome de Down, se enmarca en el proyecto Empleo Para Todas las personas, desarrollado por la Fundación Adecco para impulsar la inclusión laboral de las personas con discapacidad. Su participación en el mercado de trabajo sigue siendo muy inferior a la del resto de la población, con unas tasas de paro, sin embargo, considerablemente más alta (del 21,4% frente al 12% general).
En el caso particular de las personas con síndrome de Down, hay que subrayar que su presencia en el mercado laboral ordinario es exigua. Se contabilizan un total de 23.000 personas con síndrome de Down en edad de trabajar, pero solo 1150 (el 5%) están ocupadas en entornos de trabajo no protegidos.
“En el ámbito de la discapacidad intelectual las desigualdades tienden a ensancharse, debido a un mayor desconocimiento y/o falta de experiencias previas que ocasionan percepciones erróneas, dando lugar a la exclusión en los procesos de selección y contratación. Esta campaña de sensibilización tiene como propósito abrir los ojos a la sociedad, inspirando cambios de actitud que pongan en valor a las personas, por encima de cualquier etiqueta”, destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
“Amo, río, lloro y sueño”: el alegato de Pablo Pineda
Pablo Pineda, probablemente la persona con síndrome de Down más destacada de nuestro país y un referente en el ámbito de la discapacidad intelectual, ha sido el protagonista de esta campaña de sensibilización (“Síndrome de Down, ¿te suena de algo?”), en la que invita a la sociedad a enfocarse en las similitudes más que en las diferencias, ya que es “mucho más lo que nos une que lo que nos separa”.
Para ello, el malagueño hace un recorrido por sus diferentes etapas vitales (infancia, adolescencia, juventud y madurez), demostrando que su vida es, en esencia, igual que la de cualquier otra persona: de niño jugaba y exploraba el mundo, de adolescente descubrió su pasión por la música y actualmente es un adulto que trabaja, paga sus facturas y tiene su días mejores y peores.
“Mediante estos ejemplos cotidianos quiero subrayar que no hay un nosotros (personas con síndrome de Down) frente a un ellos (resto de la población). La discapacidad intelectual no puede convertirse en un estigma, pues es solo una característica más. Tenemos que enfocarnos en aquello que nos une, en nuestras similitudes, pues en ellas encontramos nuestra verdadera conexión como seres humanos. Yo amo, río, lloro, sueño y defiendo mis ideales, como cualquier otra persona adulta”, explica.
Además, el protagonista pone en valor las cualidades habitualmente presentes en las personas con síndrome de Down: “en general tenemos buenas capacidades sociales, empatía y sentido del humor. Las empresas que se enfoquen y potencien estos aspectos serán las que se queden con nuestro talento”, sentencia Pineda.
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