De hecho, desde su creación, la botella de Campari ha ido cambiando de forma y evolucionando junto con la ciudad, inspirándose continuamente en ella. La nueva botella, inspirada en Milán, refleja la moda elegante y minimalista y el diseño contemporáneo por los que se conoce a la ciudad: es un homenaje visual, que combina sencillez y elegancia discreta, como la propia Milán.
Según explica la marca, la dirección de las líneas, de corte moderno y directo, simboliza el viaje del ritual del Aperitivo desde Milán al resto del mundo, conduciendo la mirada al nombre de la ciudad, en el centro de la botella. Además, el movimiento dinámico y el estrechamiento de las líneas reflejan la vitalidad y la transformación a lo largo del tiempo que Milán y Campari han experimentado juntos, con un enfoque innovador y orientado hacia el progreso.
La armoniosa unión de dos iconos, Campari y Milán se mantiene desde hace más de 160 años, señal de que la marca ha encontrado en la ciudad el aliado perfecto: una combinación de modernidad e historia, de lo clásico y lo pionero, que refleja la esencia misma de Campari. Milán puede englobar almas creativas de las más diversas facetas, desde el mundo del diseño hasta el del arte y el cine.
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