Aunque el 42% de los encuestados afirma que sus ingresos no les alcanzan para llegar a fin de mes, las expectativas personales y nacionales muestran una mejora significativa. Esto se refleja en una menor restricción en rubros como ropa, salidas recreativas y alimentos no esenciales, marcando una búsqueda de indulgencia y bienestar personal. En paralelo, un 31% de los argentinos declara priorizar gastos en experiencias, como viajes o salidas, frente a bienes materiales.
“Darse un gusto” se convierte en una prioridad, especialmente entre los más jóvenes y el segmento ABC1, que están dispuestos a pagar un extra por momentos especiales o productos originales. “Lo vemos incluso en categorías como alimentos gourmet o productos locales, que han ganado protagonismo en las preferencias de consumo”, explica Ximena Díaz Alarcón, CEO y Cofundadora de Youniversal.
En un contexto de ajuste, los argentinos recurren a estrategias clásicas para optimizar sus gastos. Un 53% prioriza las promociones y descuentos, mientras que un 40% asegura haber probado nuevas marcas en busca de mejores precios. Esto presenta un desafío para las marcas tradicionales, pero también una oportunidad para las emergentes de captar nuevos públicos. Además, los datos indican que la lealtad hacia las marcas está en su punto más bajo, con un 65% dispuesto a cambiar si encuentran mejores ofertas.
El informe destaca también el crecimiento de los canales barriales, como autoservicios, verdulerías y carnicerías, especialmente entre los jóvenes de 18 a 29 años, quienes valoran la cercanía y el precio competitivo. Este comportamiento, junto con la mejora en el humor social, podría consolidar una tendencia hacia el consumo local y experiencias accesibles durante el verano.
Por último, el consumidor argentino demanda cada vez más marcas que "entiendan el contexto". Un 78% valora aquellas que ofrecen soluciones accesibles sin comprometer la calidad, reforzando la importancia de la empatía en las estrategias de comunicación y marketing.
“Con un verano que promete optimismo cauteloso, los argentinos parecen listos para unas vacaciones donde los pequeños placeres, el consumo inteligente y la conexión con lo local marcarán el rumbo”, concluye Diaz Alarcón.
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