Se establecen cinco categorías, turismo, transición ecológica y movilidad sostenible, bienestar y salud, sector primario y telecomunicación y digitalización, que abordan las principales áreas de actividad, capaces de generar un mayor impacto en los territorios en los que se desarrollan. En cada una de las categorías el primer premio tiene una dotación económica de 2.000 euros además de acceso a financiación flexible y en condiciones bonificadas por importe de 8.000 euros, asesoramiento financiero a medida por parte de IVS durante un año y asesoramiento en comunicación y difusión por parte del equipo de consultores de Harmon. También se facilita asesoramiento en mentoring para el impulso de los proyectos durante seis meses, prorrogables a un 1 año, por parte del equipo de SECOT.
Los principales criterios de valoración tienen en cuenta la viabilidad económica y financiera de cada proyecto, el lugar donde se desarrolla la parte principal del negocio, la creación de empleo en áreas rurales, la integración del enfoque de género en el modelo de negocio y el impacto social y/o medioambiental. Todas las empresas y emprendedores que estén interesados en participar en el concurso pueden consultar las bases completas en la web de Vivaces y tienen de plazo hasta el 16 de septiembre para presentar las candidaturas.
Según afirma Pablo Maderuelo, coordinador de Vivaces, con este concurso buscan “convertirnos en impulsores del talento, la innovación y las buenas prácticas en el medio rural. Buscamos apoyar proyectos que contribuyan a crear tejido económico, social o cultural en los pueblos, que sean capaces de generar impacto positivo en el medioambiente, que apuesten por los territorios rurales como opción de futuro”.
En la primera edición de este concurso se presentaron 23 candidaturas siendo los cuatro proyectos premiados, el centro policlínico “Saborea tu salud” de Fuenterrebollo en Segovia, la iniciativa agrícola “RF Trufas”, el centro de gestión de basura tecnológica “La hormiga verde” en Villafranca de los Barros, Badajoz, y la plataforma ROORAL, que asocia pueblos de menos de 500 habitantes con teletrabajadores que buscan la comunidad y la naturaleza del entorno rural.