El sector energético atraviesa un momento complejo, con una sobreoferta de energía renovable y una demanda débil que ralentiza el desarrollo de nuevos proyectos. Sin embargo, se vislumbran soluciones con alto potencial, como el papel creciente de los data centers, cuyo elevado consumo eléctrico puede ayudar a absorber el excedente renovable. Según Accenture, la demanda global de datos crecerá un 20% anual hasta 2028, reforzando su impacto como agente estabilizador del sistema.
Además, el informe destaca el fuerte impulso en la inversión en tecnologías de almacenamiento energético a gran escala (BESS), que superó los 50.000 millones de dólares en 2024 según el Foro Económico Mundial. A esto se suma el avance del hidrógeno verde como alternativa para descarbonizar sectores industriales intensivos, pese a los desafíos que aún enfrenta en términos de coste y viabilidad.
En este proceso, la transformación digital juega un papel fundamental. Tecnologías como la Inteligencia Artificial, el Big Data, el Internet de las Cosas (IoT) o la Realidad Virtual están redefiniendo los modelos operativos del sector. La IA permite anticipar fallos, personalizar servicios y optimizar el mantenimiento predictivo. Por su parte, la Realidad Aumentada y Virtual facilita la formación técnica en entornos simulados y seguros, mientras que el Big Data y el IoT abren nuevas posibilidades para una gestión energética más inteligente y flexible. El despliegue del 5G, además, mejora la conectividad y permite respuestas en tiempo real en todos los eslabones de la cadena de valor.
Principales tendencias tecnológicas para 2025:
IA, habilitador estratégico: La inteligencia artificial no es una solución aislada. Se ha consolidado como un habilitador estratégico capaz de maximizar la eficiencia, reducir incertidumbres operativas y optimizar la toma de decisiones a lo largo de toda la cadena de valor energética.
Ética ‘algorítmica’: La adopción masiva de la IA en el sector energético debe avanzar con cautela y responsabilidad. La ética algorítmica, la transparencia y la sostenibilidad del consumo energético de los sistemas digitales son temas que deben integrarse en la agenda del sector.
Robots más eficientes: Las instalaciones de robots industriales han alcanzado un máximo histórico de 16.500 millones de dólares. Además, esta automatización ayudará a muchos sectores a alcanzar los ODS ya que estos serán cada vez más eficientes.
Capacitaciones sin riesgo: Las tecnologías de realidad aumentada y virtual se están convirtiendo en grandes aliadas de muchas compañías para realizar formaciones inmersivas que, además de abaratar costes, permiten que los operarios las realicen sin riesgos y en un entorno idéntico al real.
5G, catalizador decisivo: El 5G con su velocidad ultrarrápida, baja latencia y la capacidad de conectar una gran cantidad de dispositivos simultáneamente, permiten soluciones como vehículos autónomos, un IoT más eficiente y análisis de datos en tiempo real.
Datos para (casi) todo: El Big Data seguirá siendo el cerebro que revoluciona el sector energético. Gracias a la inteligencia de los datos en tiempo real, las compañías optimizan el consumo, predicen la demanda, mejoran la integración de renovables y transforman las smart grids en redes más ágiles, sostenibles y resilientes.
Digitalización y sostenibilidad: un tándem imprescindible
El informe concluye que la transición energética no podrá avanzar al ritmo necesario sin una apuesta decidida por la innovación tecnológica. La hibridación entre distintas fuentes de energía, el uso inteligente de los datos y la automatización de procesos serán esenciales para reducir la incertidumbre y construir un modelo energético descarbonizado, resiliente y adaptado a los desafíos del futuro.
Con este análisis, t2ó ONE reafirma su compromiso con el desarrollo de soluciones digitales avanzadas que ayuden a las empresas del sector energético a liderar la transición hacia un modelo más sostenible, eficiente y conectado.