Gracias a este incremento, y al registrado en las ventas de todas las categorías de producto, Grefusa ha elevado su facturación un 12% en 2022, alcanzando los 153 millones de euros; cifra que ha conseguido duplicar en los últimos diez años.
Estos resultados son el reflejo de la puesta en marcha en 2018 de un plan de eficiencia productiva que ha permitido a la compañía valenciana contener los precios de los productos en un contexto económico complejo, caracterizado por el aumento de la inflación, pero también del coste de las materias primas y la energía.
“Gracias a nuestra política de eficiencia productiva hemos conseguido aumentar nuestra producción y facturación, al tiempo que hemos contenido en la medida de lo posible los precios, pensando en el consumidor, en un año marcado por el encarecimiento de las materias primas y la inflación. Ahora, nuestro desafío, tras consolidarse de nuevo el consumo fuera del hogar, es dar un paso más y adentrarnos en nuevos territorios con productos innovadores que hagan disfrutar al consumidor”, asegura Agustín Gregori, CEO de Grefusa.
Bajo esa premisa, Grefusa ha inaugurado recientemente la puesta en marcha de una nueva fábrica centrada en la producción de frutos secos. Su objetivo para este 2023 es claro; eliminar la contaminación cruzada y convertirse en un referente en frutos secos después de que en 2018 adquiriese Frutorra, líder en este segmento en Portugal, y realizase una alianza con el gigante alemán Intersnack, número uno en frutos secos a nivel europeo.
“Esta nueva fábrica supone para Grefusa un retorno a los orígenes de la compañía y una apuesta de futuro, dado que nos permite avanzar firmemente para convertirnos en un actor relevante en la categoría de frutos secos, al tiempo que dejamos huella positiva en nuestro entorno”, apunta Gregori.
Con una extensión de 9.500 metros cuadrados y líneas de producción innovadoras para la fritura, tostado y mezclado de ingredientes, la nueva planta continúa ligando el crecimiento de la compañía a Alzira, reflejando así su compromiso con una comunidad en la que la industria agroalimentaria genera el 12,2% del empleo y el 9,6% del Valor Añadido Bruto (VAB) de su economía.
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