En concreto, el alza de los precios para este año se debe fundamentalmente al incremento de los costes de materias primas como la leche, la mantequilla, los frutos secos y el cacao, así como el lza en energía, transporte refrigerado y alquileres, a lo que se une las normativas de sostenibilidad y mejoras salariales, según ha precisado la Asociación de Empresarios Artesanos de Pastelería y Panadería de la Comunidad de Madrid (Asempas).
En este contexto, la Asociación Nacional de Heladeros (Anhcea) prevé que 2025 será un "año clave" para el sector, que estará marcado por la innovación, la sostenibilidad y la adaptación a los gustos emergentes de los consumidores.
De esta forma, el mayor desafío que afronta es mantener la rentabilidad sin renunciar a la calidad, ni perder la esencia del producto artesanal, por lo que la fidelidad del consumidor y su disposición a pagar por experiencias auténticas podrían ser decisivas para su futuro.
Además, la demanda de helados más saludables, debido a restricciones dietéticas o problemas de salud y personalizados -vegetales, sin lactosa, bajos en azúcar o con sabores exóticos como matcha o yuzu- está transformando la oferta del sector y abriendo nuevas oportunidades para toda la cadena de valor.
La compra de este producto, que se suele consumir entre horas, de forma impulsiva y sin planificar, se realiza mayoritariamente en los supermercados que concentran el 65% de las ventas de helado en España, seguidos de las tiendas de descuento e hipermercados, mientras que Internet y la tienda tradicional, aunque con menor volumen, ofrecen los precios más elevados (hasta 7,70 euros/litro), según datos del informe del consumo de 2024 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
No obstante, el auge y la proliferación de heladerías y heladerías artesanales ha mejorado la accesibilidad al mercado del helado, el comercio minorista de las heladerías tradicionales sigue siendo la forma más común para que los consumidores compren helado.
De esta forma, el consumo de helados se concentra en verano, con un 50% del total en el tercer trimestre, mientras que cae en invierno (7%). Así, los hogares españoles consumen 3,33 litros por persona al año, representando el 10,3% del total de derivados lácteos, en tercer lugar tras las leches fermentadas y los quesos, mientras que los adultos independientes lideran el consumo con casi cinco litros por persona al año.
Por otro lado, los datos muestran que el consumo extradoméstico, aquel que se realiza en la calle, establecimientos, en el trabajo, en centros docentes, o casa de otros alcanza 0,84 litros por persona, pero se ha reducido un 8% por la menor frecuencia de compra.
Mientras que por regiones, Andalucía es la que realiza un mayor consumo con un 22,3%, seguida por el Levante (18,9%), el área metropolitana de Madrid (13,3%) y el área metropolitana de Barcelona (10,2%).
APUESTA POR EL HELADO ARTESANAL FRENTE AL INDUSTRIAL
Respecto a las preferencias de los españoles, el helado artesanal, valorado por su frescura y calidad, gana terreno frente al industrial. Su contenido de aire (30-35%) influye directamente en la textura y conservación, y su elaboración diaria lo vincula con el concepto de producto fresco.
Mientras que los sabores tradicionales como turrón, vainilla y chocolate siguen liderando el mercado, aunque crecen las preferencias por sabores frutales y tropicales como mango, limón o maracuyá, así como los sorbetes en zonas costeras y los helados veganos en entornos urbanos.
Además, el mercado del helado está experimentando un crecimiento al permitir a los consumidores disfrutar del helado en casa comprándolo en la propia heladería o a través del 'delivery'.
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