Convertir un inmueble en un activo digital fraccionado ya no es cosa del futuro: es una realidad que está transformando la inversión inmobiliaria tal como la conocíamos. Plataformas como Equito, pionera en la tokenización de activos inmobiliarios en España, hacen posible que cualquier persona pueda invertir desde 100 euros en una parte de un apartamento en la Costa Brava o una oficina en Berlín.
“La tokenización permite democratizar el acceso a la inversión inmobiliaria, pero su éxito depende de una condición innegociable: la seguridad”, afirma Robin Decaux, cofundador y CEO de Equito. “No se trata solo de digitalizar activos, sino de hacerlo con todas las garantías para construir un ecosistema fiable y sostenible”.
Una revolución accesible… y segura
Durante décadas, el mercado inmobiliario ha estado marcado por barreras de entrada elevadas, trámites lentos y escasa transparencia. Hoy, gracias a la tecnología blockchain, los activos físicos pueden convertirse en tokens digitales fácilmente negociables, accesibles y rastreables, sin necesidad de intermediarios tradicionales. Esta transformación no solo reduce costes, también genera una liquidez inédita hasta ahora en el sector.
Sin embargo, la innovación tecnológica trae consigo un nuevo paradigma de riesgos. “Un error común es pensar que la blockchain es invulnerable. Lo que realmente importa es cómo se diseña y protege todo el sistema: desde los contratos inteligentes hasta la infraestructura técnica y legal”, señala Decaux.
Seguridad desde el diseño
Consultoras como Deloitte, KPMG y EY insisten en que la seguridad debe integrarse desde el primer momento en estas plataformas. Esto incluye auditorías constantes, mecanismos de trazabilidad, sistemas antifraude y cumplimiento normativo. Lejos de ser un obstáculo, la ciberseguridad es la base sobre la que se puede construir la confianza en este nuevo modelo de inversión.
“Estamos hablando de una tecnología que representa una nueva arquitectura del capital, y no podemos permitirnos repetir los errores del pasado. La tokenización nos da la oportunidad de hacerlo mejor: más ética, más transparente y más segura”, asegura el CEO de Equito.
Un mercado en plena expansión
Las previsiones no dejan lugar a dudas: según Boston Consulting Group, el mercado de activos tokenizados podría alcanzar los 14,8 billones de euros en 2030. Esta expansión, sin embargo, solo será sostenible si se acompaña de una gobernanza sólida, estándares técnicos exigentes y un marco regulador claro, como el que empieza a configurarse en Europa con el reglamento MiCA.
Confianza como activo clave
“Detrás de cada token hay algo más que un activo: hay una promesa de transparencia, legalidad y trazabilidad. Eso solo se consigue si la seguridad no es una capa añadida, sino el núcleo mismo del sistema”, subraya Robin Decaux.
Equito representa una nueva forma de entender la inversión: más accesible, más inteligente y, sobre todo, más segura. Porque lo que está en juego no es solo una nueva tecnología, es una nueva forma de construir confianza en el capital.